2.2.15

Doble ración de cine y crisis

El gran salto adelante

    Anda el ángel de Benjamin enfurecido de un tiempo a esta parte, asomado a la ventanilla de la Plataforma Stop Deshaucios y pegándole al vino dulce de la indignación ciudadana. Es inevitable no plantearse qué demonios está haciendo el cine español en mitad de todo este escombrero ideológico, quizá pillando bronce bajo el sol de la (in)justicia, quizá metiéndose la coca de las subvenciones en los lavabos del Ministerio.

     Ante la duda, y como la cosa está que arde, he esbozado dos textos desde dos perspectivas paralelas. En el primero, intercambio unas cartas con los cómplices Israel de Francisco y José Francisco Montero, intentando hacer una topografía breve de lo que ha estado ocurriendo en los últimos años -vaya por delante: las conclusiones son desoladoras, y pueden ser leídas tal que aquí. En el segundo, vuelvo a uno de mis territorios habituales (el cine de Pablo Llorca) para ver qué se está cociendo en sus dos últimas y poderosas cintas, El gran salto adelante y País de todo a cien. La obra de Llorca, incómoda, debe ser reivindicada con urgencia, y en ello estamos. El texto, a partir de este enlace.

     Por lo demás, manda huevos, seguiremos estrenando comedietas rurales y de alegre color patrio para que vayan al cine la abuela, la cuñada, el sobrino y la jenny, y así nos cuadren las cifras de taquilla. Hay que decirlo. Es que tenemos el cine que nos merecemos.

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