29.7.12

Kalesi de Prada


 
 Oh Kalesi de Prada, dime si has guardado con un gesto de vergüenza el juego de maquillaje & las manchas de semen derramadas en el patio de colegio en el que jugabas a papás y mamás cuando pasaste los quince & el chico del pelo engominado que jugaba al porro te rompió el corazón con un gesto pueril, siempre que caía la tarde & los últimos hombres volvían de la oficina con los ojos vacíos y la manicura intacta.

   Oh Kalesi de Prada quién firmó la Hipoteca el día luminoso en que las estatuas de mármol familiares soltaron la lágrima noble de la perpetuidad, la pequeña casa de niebla y pladur en la urbanización de la periferia llena de gimnasios & tiendas de ultramarinos & productos hacendado & fiestas sorpresa en las que sonaba Jaula de grillos & el día en que papá se pegó el piro con una ecuatoriana que acababa de cumplir los 20 aunque ya tenía tres hijos con nombres compuestos de tres padres distintos, en la esquina del barrio donde la vida pegaba tan duro que las prostitutas soñaban con ser chicas de limpieza & las chicas de limpieza soñaban con ser españolas & las españolas soñaban con ser licenciadas & las licenciadas levantaban su carpeta forrada con fotos de Brad Pitt mientras gritaban This machine kill fascists!

   Oh Kalesi de Prada te piraste a Londres para trabajar en un Starbucks & al caer la noche los mendigos seguían tus pasos hasta la habitación compartida que siempre olía a tarrina rancia del Ben&Jerrys de la que emergieran enormes cucarachas marrones y sabias que recitaban poemas obscenos y trepaban por tus cigarrillos de liar o se hacían fotografías junto a tu rimmel corrido para subirlas a cuentas de Instagram sin seguidores & el tipo que pasaba MDMA & el tipo que pasaba coca & el tipo que pasaba de tu cara recién maquillada porque era homosexual & cuando caía la noche se encerraba en los lavabos de The Face con cualquier quinceañero que se pareciera a Jacqueline Kennedy para abrazarse y acabar con una puntita de speed rosa & por aquel entonces no nos conocíamos demasiado pero yo llevaba un sombrero de copa que me había dejado un crítico de arte.

    Oh Kalesi de Prada, ya nadie visita tu fotolog, ya nadie comenta tu fotolog, ya nadie se masturba delante de tu fotolog, ya nadie roba las fotografías de tu fotolog, los poetas andan haciendo cola en las manifestaciones, los poetas se cambian dos veces al día de ropa interior & compraron preferentes de Bankia & se mudaron a vivir en carísimas grutas del centro donde podrían descansar tranquilos sin tener que escuchar las oraciones de difuntos que emergían del centro social de la esquina en el que un paranóico disfrazado de Foucault anda últimamente suplicando por su vida y explicándole a la concurrencia que detrás de su máscara de Mickey biopolítico se esconde un pobre imbécil que tuvo dos hijos con una licenciada en INEF que le largó cuando falló el tranquimazin & desde entonces toca el acordeón en la puerta del mercado central para poder comprarle al pequeño un Smartphone & un par de juegos de la Play3.

    No. No miente.

    Oh Kalesi de Prada, te has tatuado en el alma la noble misión de ser Sara Carbonero & desde entonces visitas los sótanos & los áfter & los asientos de atrás & los mausoleos & las piras funerarias & las estaciones de servicio flipándolo en colores o chupando miembros atléticos de miembros de comités de empresa con la cara triste de quien ya ha visitado un cuarto oscuro demasiadas veces o ha salido al amanecer con las manos temblando por el efecto de la bajada de precisas drogas de diseño salmodiando una oración quebradiza por entre esas dos hileras de dientes perfectos que te cinceló un odontólogo con terribles hierros cuando tenías los trece y todavía no eras la madre de dragones, sino una pobre imbécil de senos ya prominentes que jugaba con su Tamagochi y practicaba gimnasia rítmica a ritmo del Barbie Girl de Aqua, Hi Ken, Do you wanna go for a ride?

    Oh Kalesi de Prada, que onda wey, que onda wey repite tu camello una y otra vez y otra vez y otra vez y otra vez y otra vez a la salida cada viernes junto a los andamios de la Calle Serrano sobre los que han orinado los hijos de la alta burguesía que fueron a colegios bilingües & te tomaron por turnos a lo largo de dos cursos mientras tu jurabas tiotequieromazo & ahora quieres borrar todo aquello para pasar a otra cosa diferente como tener hijos & ser una madre responsable & encontrar un buen tipo que te ayude en mitad de todo este infierno que se parezca a Iker Casillas o simplemente que no hostie cuando le pegue el bajón o simplemente que no se lo monte con otras mujeres o simplemente que te tenga llenita la nevera o simplemente o simplemente o simplemente nada.

    Oh Kalesi de Prada, vas corriendo a toda hostia & quieres olvidarlo todo.

    Pero yo, ya me conoces, yo siempre recuerdo & escribo & recuerdo & escribo

    & escribo.
   

1 comentario:

Ethos dijo...

Cómo te gusta impregnar tus reflexiones de iconos con fecha de caducidad. Nadie te puede negar la etiqueta pop, desde luego.