19.5.06

Carta abierta a Groucho Marx


Querido Julius:
Llevo una buena temporada acordándome de tí. No, no me refiero al dinero que te debo, ni tampoco estoy metiendo a la familia en todo esto. Podría decirte que me indignó profundamente que no contestaras mi última carta. Espero que no intentes utilizar la vieja excusa de que llevas veinte años muerto, ambos sabemos que entre los artistas del teatro esas cosas quedan fuera del escenario... como las chicas guapas, lamentablemente. Te decía, antes de perder el hilo, que estoy terriblemente indignado a causa de tu silencio. Mi última carta fue terriblemente buena, varias páginas de puro humor y poesía al viejo estilo. Ojalá la hubiera llegado a enviar. Pero esa tampoco es excusa para no contestarme.
Los escenarios han cambiado mucho desde que te retiraste. Por ejemplo, en la Gran Vía de mi ciudad todavía están los chicos de "Mamma mía!". Puedo decirte con la cabeza muy alta que el primer día yo ya estaba en la cola para ser el primero en no entrar a verles. La protagonista es una mezcla entre tu hermano Harpo (en moreno), un cuervo encerrado en una olla express y un granjero cabreado de Kansas. Por lo que tengo entendido (y escuchado) hubiera sido mucho mejor para todos que hubiera seguido el sabio parecer de tu hermano Harpo y no hubiera abierto la boca nunca. O mejor aún, que hubiera seguido el sabio parecer de tu hermano Zeppo y se hubiera retirado para siempre después de la segunda sesión.
En el fondo, los dos nos parecemos mucho, Julius. Quiero decir, que ambos somos morenos y llevamos gafas. Eso casi nos convierte en hermanos. Y ser hermanos es el primer paso para dejarnos de hablar para toda la vida, así que será mejor que se te vaya quitando esa estúpida idea de la cabeza. Lo que no podemos evitar es tener una cosa en común (en lo que ya nos diferenciamos de cualquier matrimonio), y es nuestra irresistible pasión por el género femenino. O por el teatro bien hecho. O por el género femenino en el teatro bien hecho, aunque después de todo, ¿a quién le importa el teatro cuando las coristas enseñan las piernas? Quizá a Shakespeare, por supuesto, y debido a eso últimamente vende muy mal y me han dicho que su próxima obra no va a ser tan buena.
Ahora te encierran en una sala, te sientan durante dos horas delante de un tipo desnudo dándose cabezazos contra la pared y gritando cosas horribles sobre su madre y lo llaman "teatro de vanguardia". Si al menos hubiera sido una mujer desnuda, yo mismo me hubiera ofrecido a darme cabezazos contra la pared. El teatro ya no es lo que era. El teatro de hoy no es como el de antes. Lo reformaron el mes pasado, palcos incluídos.
En fín, viejo Julius, no quiero robarte más tiempo. Preferiría robarte más dinero.
Te adoro, viejo canalla, estés donde estés:
Aarón Rodríguez
PD: Espero tu respuesta en un lapso de tiempo razonable. Ojalá pudieras venir a ver las obras que estoy montando para este año. Las obras no son gran cosa, pero las chicas están bien. Dale recuerdos a Marilyn de mi parte.

3 comentarios:

Hache dijo...

Señor

.. un saludo, extrañaba leerlo. Me habia alejado de todo esto de los blogs y a decir verdad ya no me matan como antes, pero decidi regresar quizas a medias, quizás del todo... no sé..en fin, esto era para anunciarle mi regreso por si acaso se encuentra interesado. Suerte

alnel dijo...

excelente carta, buenísima, algún día espero leerla

saludos, sigue así!

Albert Alcoz dijo...

De la vida de las marionetas era el anterior blog? Me parece que ahora la confundo con el Huevo de la serpeinte que no tiene nada que ver, sólo su director.