Cada día me asombra más el cine de Winding Refn. Es un artesano del tiempo, un hombre obsesionado en su búsqueda cinematográfica, una especie de mezcla entre Corbijn y Gaspar Noé. Drive se presentó en el último Festival de Cannes y, en el momento de redactar estas líneas, no tiene su distribución prevista en España. Por otra parte, nuestro público patrio ya está muy cabreado con El árbol de la vida y probablemente no esté dispuesto a tolerar otra salvajada indie en sus minisalas.
Drive, en todo caso, no es una película de Cannes. Si acaso, del Cannes que se atrevió a premiar Pulp Fiction en su momento, o del Cannes que a veces escapa de las tentaciones de endiosar a la cinematografía emergente de turno. Drive, de hecho, está casi en la antítesis de Cannes, convirtiéndose en una fábula amarga y norteamericana, una especie de pesadilla en LA, un remake para gafapastas de The Fast and The Furious. Me gusta esa idea: cambia el montaje epiléptico por un respeto absoluto del uso del tiempo, a Vin Diesel por un tipo atormentado (mitad cowboy y mitad personaje silencioso/aterrador habitual-Winding Refn), a la jamona asiática embutida en cuero por una desastrada y hermosísima Carey Mulligan y ya lo tienes. Todo lo que falla la saga del Tunning, lo acierta el director nórdico: la trama, los personajes, el uso de la tensión, la dirección de arte, la armonía, el caos, la destrucción, la insinuación... Drive se insinúa en lo sexual y se muestra en lo violento, roza lo kitsch antes de sumergirse en una fosa séptica de horror, tiene un cierto puntillo Lynch, un cierto puntillo Cronenberg, pero no traiciona los anteriores trabajos del director. Es una pequeña joyita, un destello entre el melodrama y el gore. The Fast and The Furious + Lynch + Douglas Sirk. No me negarán que el combo es, por lo menos, interesante.
No es -al contrario que la apocalíptica Valhalla Rising- un ejercicio de malabarismo y onanismo extremo. Tampoco pretende contar gran cosa, ni convencer a nadie de nada. No se escuda en la cháchara pseudofilosófica, sino que vende la posibilidad de un telefilme con clase, un thriller ochentero con estilo, una historia de cuernos y tiros que se pueda vender en la sección de "Cine de autor" de todas las Fnacs del mundo. Uno disfruta viendo a la Mulligan con cartucheras, fea-pero-guapa, una especie de cajera del Mercadona de Los Ángeles, chiquichoni arrepentida, niña tuneada a la que uno le intuye una adolescencia de muchas drojas, de Tuenti y de fotos retocadas llenas de palabras como "AmoReeHH". Luego está el bueno de Ryan Gosling, el nuevo superhombre silencioso, Dios del volante y de las ostias-como-panes, Van Damme cruzado con Sartre, casi siempre a un paso del ridículo pero saliendo airoso. La cosa tiene miga, y la pareja tiene una química extraña, feota, química poligonera pero en plan indie, Fiesta Fabrik con temas de Björk, cosa raruna pero excitante.
Winding Refn mola. Es así de sencillo, así de pueril y así de fácil. Winding Refn es el puto amo de la (post)modernidad nórdica. Si hubiera sido español ahora estaría en el Proyecto Hombre o descargando camiones en Mercamadrid. Pero no. Winding Refn es nórdico, es postmoderno, es contundente, es turbio, sabe rodar y no ha entrado casi en el mainstream. Winding Refn mola.
(Esaaaaah Carey Mulligan Rexulonaaa to GuApa del PoligonOoOoH!!! TQM CaReY!!!)
2 comentarios:
Hola!
Yo no veo el paralelismo choni con Carey Mulligan por ningún lado, su papel en la película es el de una camarera de diner "recatadita y poquita cosa".
Todo el rato lleva faldas largas escurridas o el uniforme del local en que trabaja, pero no marca cartucheras porque la Mulligan no es curvilínea.
Otra cosa es Christina Hendrix, que está impecable en su papel de choni, acertadisimo el vestuario de Erin Benach que le ha marcado la lorza jamonera de la forma mas hortera y realista posible para que sin decirnos en la peli ningún detalle del personaje, su vestuario nos sugiera que es una poligonera probablemente novia de un cani.
A mi me encantó la película y parece que finalmente se estrenará en España el 25 de noviembre, el trailer en castellano NO PUEDE SER PEOR...que manera de arruinar las interpretaciones.
Saludos
Carlota
Estimada Carlota:
Mil gracias por tu comentario. Me apunto tu corrección sobre la Mulligan -yo me fijé en sus incipientes pero magníficas minicartucheras en una escena en la que lleva un pantalón ceñido, creo recordar que verde.
Me alegro también de que venga la cinta a España, aunque como bien señalas, a saber qué horror hacen con el montaje y con la venta... En fin, cosas de la distribución.
¡Un saludo de vuelta!
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