4.7.05

KUSTURICA 01: El tiempo de los gitanos (1988)


El tiempo de los gitanos

El tiempo de los gitanos (1988) - Kusturica, Emir

Decido lanzarme a realizar un mini-ciclo sobre Kusturica frente a la deuda pendiente que considero tener con una de las mentes más interesantes y radicales del nuevo cine europeo. Y utilizo la palabra "deuda" en su sentido más hermoso y cultural: aquella que se obtiene con un creador cuando encontramos una obra que nos supera, nos fascina y nos excita. El cine de Kusturica es, con diferencia, una de las propuestas más interesantes y sinceras que suelen caer por las salas de nuestra pequeña existencia. Un cine desnudo, local, desgarrador. Un realismo mágico capaz de anular cualquier frontera, capaz de traspasar sin la menor piedad al pobre iluminado que se someta al texto fílmico.
Como buen fumador que soy (aprendí a fumar con el cine), tengo un baremo inquebrantable para saber si una película es buena o mala. Si una cinta es entretenida e hipnótica, me pego a la pantalla y soy incapaz de salir del laberinto de sus imágenes para pensar en lo mucho que me apetecería un cigarrillo. Si una película es mala, me puedo morir de un ataque de ansiedad en la sala, y con los créditos, pierdo la silueta para salir a la calle a llenarme los pulmones de nicotina y más de 1500 productos tóxicos. Una delicia. Pues bien, cuando al finalizar la proyección de "El tiempo de los gitanos", miré el reloj, descubrí incrédulo que habían pasado tres horas. Tres maravillosas horas de cine en estado puro donde apenas había recordado que había una realidad más allá de la propuesta por el director. Y eso, en los tiempos que corren, tiene un mérito indescriptible.
"El tiempo de los gitanos" es, de entrada, una película implacable. En todos los aspectos. Un ejemplo de cómo hay resortes innombrables en el alma humana que la cultura es capaz de modificar y potenciar con la propuesta de textos (fílmicos o no). Algo que nos confirma hombres y que, frente a la exposición de ciertas obras, parece encontrar cierto sentido y cierta dignidad. Kusturica ha resultado ser un experto en la creación de tramas y ambientes capaces de fascinar. En apenas cinco o seis minutos de una secuencia elegida al azar (la boda imaginaria del protagonista, por ejemplo), hay todo un pequeño mundo que se desarolla y explota ante nuestros ojos.
Así pues, la primera pregunta quizá sería: ¿Cómo construye Kusturica la diégesis de esta cinta? ¿Cuáles son sus armas? Sería honesto afirmar, claramente, que hay una línea que separa la genialidad del simple buen hacer. Un director medio/alto (pongamos por caso, el Sr. Nolan) puede construír un universo cinematográfico con cierto estilo y conseguir que funcione correctamente en una cinta. Sin embargo, y aquí está la trampa, los auténticos genios vuelcan en sus fotogramas algo que no se puede aprehender y que viene dado única y exclusivamente por su propia genialidad. No sé, pienso en Hitchcock y en su manera de convertir libros mediocres en obra maestra. Se tiene o no se tiene.
Sin embargo, si pudieramos dar algunas claves de este Kusturica que se construye en "El tiempo de los gitanos", deberíamos comenzar hablando (es obvio) de la banda sonora de Goran Bregovic. El tema principal de la película (Ederlezi) es, con diferencia, una de las mejores y más brillantes composiciones que nos ha dado el cine europeo de los últimos veinte años. Era necesario hurgar en lo más profundo de Europa, en sus mitos más ancestrales, para dotar de sentido y sensibilidad a una cinta tal y como Bregovic lo hace.
Otra de las bazas fuertes de la historia sería, por supuesto, el maravilloso guión, un auténtico ejemplo de la construcción de personajes y de la creación de sensaciones desde dentro de la narratividad. Y en las interpretaciones, que vienen de actores no profesionales, cogidos de los suburbios por el propio Kusturica con una efectividad que ya le hubiera gustado al neorrealismo italiano.
En cierto modo, supongo que podemos hablar de un nuevo neorrealismo en Kusturica, aunque con unos postulados y una libertad tan vitalistas que derrumban el corsé italiano para construír un cine actual, salvaje, mágico. Kusturica ha llegado mucho más alla que De Sicca, por ejemplo. En todos los aspectos: Ha visitado la miseria, el miedo, incluso la posguerra... pero desde una brillantez tan apasionante que deja pequeño a su compañero italiano. Le ha dado al cine de Europa lo que necesitaba: rebeldía, placer, juego, magia. Lo ha hecho vivir.

4 comentarios:

Roberto A. O. dijo...

Enorme blog. Me identifico con tu manera de ver el cine, aunque Kusturica no sea santo de mi devoción. Si no te importa, lo linkeo al mío.

Saludos

Hache dijo...

EXCELENTE. A diferencia de Roberto, Kusturica si me parece un "santo" digno de devoción. Por completo de acuerdo contigo, sin embargo encuentro una pequeña contradicción. primero afirmas que el trabajo de Kusturica es una realismo mñagico, y estoy de acuerdo, per o luego lo denominas compo un neorealismo, creo yo que ahí se enucentra la contradicción. Opto más por considerar sus obras como realismo mágico, si bien se alimenta de "la realidad" llena sus historias de situaciones un poco inverosímiles, (con inverosimil me refiero a no muy posible de ocurrir en el mundo real, pero por completo plausibles en los mundos de kusturica) ¿Ya te viste "la vida es un milagro"? La banda sonora es creada por el mismo director, que antes de ser director fue y creo que es, músico. Esa es otra gran banda sonora.

Unknown dijo...

Efectivamente, Silent Bob, hay una contradicción total en mi texto. Cuando hablaba del neorrealismo italiano me refería, principalmente, a que Kusturica (a mi entender) ha ido un paso más allá y ha superado todo ese universo de "hombre con gabardina y mirada de perro bajo la lluvia", por poner un ejemplo. Kusturica ha ido un pasito más allá y ha incorporado postulados mágicos a la base que ya marcaron los neorrealistas y, a mi entender, ha revitalizado el realismo en cine. Ha ido mucho más allá, porque en España, por ejemplo, seguimos haciendo un neorrealismo casposo de barriada cutre. Y asi nos va!
Gracias por tu corrección, abrazos!

Anónimo dijo...

hola! estoy de acuerdo contigo en el modo de ver y "sentir" el cine. especialmente de acuerdo en "sentir" a Kusturica. Kusturica es uno de los mejores directores del mundo (claro, a mi criterio).
Muchas gracias por compartir este espacio, esta "deuda"...
saludos