8.3.13

...juntos sobre la cicatriz de Linda Lovelace

Inside Linda Lovelace

"She got a TV eye on me"
(Iggy Pop; TV Eye)

"Hicieron que el perro me lamiera. Mientras tanto, me decían continuamente que sonriera para la cámara"
(Linda Lovelace)

    la movida llega tras consultar en paralelo Snuff, la novela de Chuck Palahniuk, la letra de I wanna be your dog de Iggy Pop, El otro Hollywood -el libro sobre cine porno que su esposo le dedicó a Shannon McNamara tras su muerte por sobredosis- y una serie de fotografías que L. S. me ha mandado al correo electrónico. en general, la sensación es pegajosa y tiene que ver con la construcción de las imágenes, rollo que dices nosequé historias sobre la belleza y la dignidad del cuerpo antes de que tu gesto -todavía joven, fresco, postadolescente y legal, es necesario remarcarlo- acabe convertido en información alfanumérica para que la alegre chavalada no sepa muy bien si masturbarse o enamorarse, y ahí es donde empieza la lógica misma de la imago fantasmática.

   me he encerrado varios días viendo todos los Harlem Shakes que hay colgados en youtube tras un rastro de la piel de L.S. transformada en ceros y unos, pero no he conseguido gran cosa. los videos más demoledores no están en XVideos, sino en youtube. pero volviendo al tema de los Halem Shakes hay gente muy rara. Linda Lovelace se crucificó a sí misma porque andaba de mal pasta y resulta -noticias frescas- que su marido le zurraba cuando se apagaban las cámaras del estudio. los moratones que lucía entre las piernas en Garganta Profunda tenían una hermenéutica de lo posible, física, bondage. con quién estarás ahora/quién te va a dar de comer/feliz día mundial de la mujer. Linda, la misma que no tuvo el menor reparo en ayudar a la Dworkin y sus hermanas antiporno en una cruzada por purificar nuestros armarios nuestros corazones. se vende el corazón y la ropa interior al grito de con loh terrori-tah...

Meme

     con loh terrori-tah... (me pregunto, así de rebote y mientras vuelvo a mirar las fotos que L. S. me ha mandado al correo, si acaso Chávez veía pornografía o si sentía el remordimiento como buen cristiano -yo también soy cristiano, pero menos- ante la brutal inminencia del cuerpo. al hilo de la cicatriz de la Lovelace también está la cicatriz de la ideología, que es una cosa muy interesante porque en esta última semana ha supurado bastante y dentro de poco servirá como cuerpo pútrido de protección oficial para moscas y larvas de toda índole. La ideología, by the way, también se ha dejado follar por un perro, aunque en lugar de una lata de coleccionista de 8 mm, lo que tenemos en su lugar es un sistema democrático -¿qué perro quiere que tome la alternativa en su discurso y en su goce, votantelovelace, el pastor alemán, el caniche magenta, el cadáver momiificado de familiar fusilado en la Guerra Civil o la alegre chavala que se quita el sujetador gritando con loh terrori-tah...)

Linda Lovelace

    la movida es que, ya digo, sigo mirando los videos del Harlem Shake -a veces me tomo una pausa y me da por consultar las últimas producciones de Sineplex, estoy seguro de que sabrás perdonarme- y escuchando compulsivamente los tres minutos y diecisiete segundos de la canción de Baauer porque realmente me interesa saber en cuál estabas, si en el de los militares de Noruega o en el que improvisaron en mitad del funeral de Chávez, con toda esa fiesta ahí to guapa de la revolución sin la revolución en los parámetros de la revolución, cuando el signo de los tiempos es el coche en el que iba Linda Lovelace antes de tener el accidente que escribió una cicatriz de pánico en su cintura, cicatriz que se puede apreciar deslizándose por su topografía femenina al trasluz del objetivo sucio de la cámara y a juego con las marcas de las ostias que Chuck Traynor le propinaba, queda dicho, la vida es la piel golpeada, la piel en pánico de derrame y, finalmente, la piel muerta.

     no hay piel suave, quiero decir, sino piel en pánico, lo que sin duda es importante.

     veo las fotos de L. S. , fotos sin cicatrices ni magulladoras, sin Historia, fotos que no deberían ser enviadas nunca a un correo electrónico ni colgadas en ninguna página web porque no dicen, joder, no dicen dónde demonios está su corazón. Una actriz porno siempre pone su corazón delante de la cámara. Una conocida que quiere jugar contigo -o con todos- simplemente esboza una sonrisa y se falsea un book sensual para colgar en su dominio www.minombrequeescomoelnombredeotrasmujeresenelmundo.xxx , pero no responde, no dice dónde está su corazón. Aunque yo lo sé, claro. Su corazón es privado, contradictorio, sutil, y por lo tanto, únicamente se encontrará en un lugar. Con loh terrori-tah.

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