Conocí a Lady Shangri-La hace ya algunos años en uno de esos bares que siempre acaban visitando los cinéfilos que no quieren parecerse a Rosenbaum sino a Rick Blaine. Ya sabes: humo en el ambiente -por aquel entonces todavía se podía fumar en los paraísos-, risas a media voz, whisky barato, copas derramadas, confesiones en los reservados, madrugadas de papel de lija. Algunas noches, los marineros cometían el error de aporrear el piano destartalado aullando Waltzing Matilda, como en Donovan´s Reef, y entonces saltábamos furiosos y benditos unos contra otros. Lady Shangri-La me gustó porque parecía venir de otros naufragios, me hablaba de otras peleas y otras conquistas, siempre se rodeaba de gente valiente y siempre tenía cosas que decir. El cinéfilo vive en un estado de soldad permanente -eso le digo siempre a todo el que quiere escucharme-, y por eso vamos buscando cómplices con los que compartir nuestros inmensos universos. Hay quien afirma -y alguna lectura de este blog podría dar fé- que los cinéfilos nos parecemos a los erizos de Cernuda.
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Lady Shangri-La me presentó a Faustino Sánchez, que era -lo que yo nunca he podido entender hasta que no he leído sus textos- un ingeniero obsesionado con Edward Yang, capaz de tolerar mis derivas hacia Lacan, investigador de la imágen desde metodologías alienígenas que me sonaban a coreano. Sabía pronunciar correctamente Assayas y tenía la cabeza llena de ideas brillantísimas para un libro, un gran libro, un libro escrito a cuatro manos que quizá sí que tuviera algo de Rosenbaum, pero que no dejara fuera a Bauman, a González Requena, a Zizek o a Deleuze. Faustino quería hablar sobre la familia. Faustino quería hablar sobre Liv Ullmann. Su idea era dinamita pura.Desde entonces, nos reunimos en cafeterías o en las mesas de mármol de la Filmoteca con nuestros cuadernos de notas y nuestros portátiles. También nos cruzamos correos y más correos, nos marcamos calendarios, nos intercambiábamos capítulos llenos de notas en los márgenes. Nos pedimos ayuda y nos hicimos algunas preguntas juntos. Aquel ingeniero de máscara cinéfila -o aquel cinéfilo de máscara ingeniera, tanto da- y yo nunca llegamos a las manos, lo que quizá sea una lástima, porque al libro le hubiera faltado una buena tunda como la que se propinan John Wayne y Lee Marvin. Qué le vamos a hacer, somos gente civilizada, y tuvimos la gentileza de respetar nuestras diferencias.
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De nuestra primera reunión ha pasado ya más de un año. El libro ha llegado a las librerías, lo pueden encontrar, sin ir más lejos, junto a las mesas de mármol histórico de la propia Filmoteca. No les voy a engañar: no ofrece respuestas. No contentará a nadie. No está escrito al calor de ninguna etiqueta religiosa, sociológica, "conservadora" o "progresista". Habla de los textos, habla de los hombres y mujeres detrás de los textos. Pero no salvará su alma, ni se hará rico, ni encontrará el secreto o la fórmula mágica para vivir mejor con su familia. Dios nos libre.Faustino escribe/construye desde la luz y desde una posición mucho más optimista que la mía. Yo escribo/destruyo desde mi orgulloso conservadurismo y mi pasión por el Apocalipsis. No engañamos a nadie, y por lo tanto, no nos engañamos a nosotros mismos. Lady Shangri-La se encarga de amamantar, vestir, cuidar y velar por el futuro de ese niño esquizofrénico, contradictorio y bastardo que nos ha salido. No hace falta decir mucho más: si tienen la oportunidad de tener el libro en sus manos, verán cómo se pueden cuidar y mimar las ediciones. Lo que se ha editado no es un libro. En los tiempos que corren, lo que se ha editado es un milagro.
4 comentarios:
Enhorabuena a los dos por la criatura. Ganas de leerlo para poder poneros a caer de un burro xD.
Un saludo.
Jajajaja, si el Maestro nos pone a caer de un burro, bien puestos estaremos. Pero no te lo vamos a poner fácil, que te quede claro.
¡Abrazos de vuelta!
¿Hay alguna posibilidad de que un humilde murciano pueda tener en sus manos este libro sin tener que desplazarse hasta Madrid?
Con permiso. Ethos: se puede comprar el libro, bien con pago de tarjeta o ingresando previamente el importe en cuenta desde la web de Shangrila: www.shangrilaediciones.com.
Gracias.
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