29.5.11

Sobre "Incendies"


"La infancia es un cuchillo clavado en la garganta"
(Wadji Mouawad)


El relato, el buen relato, tiene siempre un sabor a sangre recién derramada. Decía Vernant que quizá en Grecia sacrificaban a ciertos esclavos antes de proceder a la escenificación de la tragedia de turno, tragedia perfecta ante la mirada sorprendida del cadáver más escénico y exquisito de nuestra historia remota. Luego llegó Dios, y no tardamos mucho en aprender también a matar en Su (Nuestro) Nombre, y aunque en el principio era el Verbo el cadáver que sustenta el relato sigue siendo el mismo.

"Incendies", la película. La obra de teatro me impactó remotamente. La película me ha parecido íntima, concentrada, una obra maestra de crueldad y piedad sostenida en mitad de las páginas arrancadas de un libro de Historia. La película no es una película como las otras, ni un ejercicio de cine social made-in-conciencia-culpable. La película es un pianista desquiciado que interpreta a Radiohead con una pistola apuntándole en la sien.

Mi cilicio se llama etnocentrismo. Me gusta jugar con las cartas levantadas: soy la sombra de un cínico que entró en pánico la noche que otro cadáver -el del proyecto de la Modernidad- se veló en mi pobre salón europeo. Que sea un cínico no quiere decir que piense que esta guerra por el Otro está perdida. El Otro me duele porque llega con su rostro de Otro-Islámico, pero también es un rostro humano -ay, Jaspers- y es un rostro judío, y es un rostro que tiene tanta rabia y tanto miedo como mi mismo rostro. Cuando cerraron el banquete tanático de Auschwitz se abrieron las puertas de la barra libre islámica, y en esto estamos, entre las tres "p" que mueven mi ideología (el pánico, la pena y la piedad). Líbano era una fiesta, bailamos el vals con Bashir y luego, en un parpadeo, alguien (¿quién?) voló los trenes en Atocha.

Dicen que el 15m o que DemocraciaRealYa o que si mañana retiro 155 euros de mi cuenta. Dicen, mis amigos, mis enemigos, mis hermanos y mis asesinos. Dicen pero la palabra está atorada, la palabra está enquistada, la palabra está pudriéndose porque en el principio era el Verbo y la Revolución es como el Trabajo. No nos hará libres. Ni más sabios. Ni salvará al Otro de ser el Otro. Qué sabe del pánico, la pena o la piedad el imbécil que hace fotos en una Revolución con su Ipod, no me jodas. Qué sabré yo del pánico, la pena y la piedad salvo quizá ese segundo en el que acaricié dulce y desesperadamente la pared de la cámara de gas.

Por lo demás, como decía el enterrador de El tambor de hojalata, hoy es un día maravilloso. Pero ya te lo he dicho antes: que sea un cínico no quiere decir que esta guerra por el Otro está perdida. Quiere decir que no sé por dónde empezarla.

4 comentarios:

samuca dijo...

"Pero ya te lo he dicho antes: que sea un cínico no quiere decir que esta guerra por el Otro está perdida. Quiere decir que no sé por dónde empezarla."

http://www.youtube.com/watch?v=rKc-lal1HJM

Me alegro de que te tengas que tragar tus propias palabras con papas fritas. Por cierto, escribes muy bien. Podrías usarlo para aportar algo por aquellas causas o valores que dices consideras más justos o elevados, en vez de recrearte en tu propio erudismo y dejarles claro a los demás lo chachi que eres. Un saludo.

Ethos dijo...

Me gusta que me cueste entenderte: así tendo la prueba irrefutable de que me quedan muchas cosas que aprender.
Por cierto: "La película es un pianista desquiciado que interpreta a Radiohead con una pistola apuntándole en la sien", ¿quizá Pyramid Song?
Chapeau.

Unknown dijo...

Ethos: The pleasure is mine. La canción en concreto es "You and whose army?". Te recomiendo encarecidísmamente que veas la peli, sobre todo si te gusta el grupo de marras, porque la mezcla es explosiva.

Samuca: Realmente no entiendo muy bien tu cabreo contra mi pobre erudición (que no "erudismo"), pero comprenderás que sea lo suficientemente libre, igual que tú, para decir lo que me venga en gana. Que escriba sobre ideología no quiere decir que quiera ser un ideólogo (de esos ya hay muchos en la red, y por ende, también en tascas, cafeterías y bares). Pero gracias, en cualquier caso, por tu comentario :)

samuca dijo...

Un placer, al igual que leer tu blog. Y no es cabreo, es más bien una cierta satisfacción de que las teorías acerca de los niños de papá que has estado elaborando acerca del 15m se estén desarmando solas, más por desconocimiento, creo yo, que por otra cosa. Al final todos remamos hacia el mismo sentido y mostrar una actitud cínica ante todo y ante todos (y más aún regodeándose en la "erudición" de uno mismo) me parece la peor de las posiciones. Y al igual que tú me siento libre de expresarlo en este blog. Gracias por comprenderlo y por publicar mis comentarios. Un saludo.