6.9.05

The soul of a man (2003)


Un poco de Wenders

The soul of a man, 2003 - Wenders, Wim

Al hablar de Wim Wenders, uno tiene miedo de meterse en un terreno algo farragoso. No se sabe muy bien por qué, desde el inicio mismo de su carrera se ha ido conformando como uno de los directores europeos capaces de levantar mayores pasiones (y odios) de los últimos años. Es un miembro de esa generación extraña compuesta por hombres como Herzog, Von Trier o el propio Medem (soy consciente de que se me escapan mil nombres) que durante los últimos años se han molestado en trabajar en un cine europeo e inteligente, autoral, auténtico. Dicho esto, debo comenzar diciendo que me posiciono entre los admiradores de Wenders, y le pido mil disculpas a sus detractores, abriendo como siempre la polémica.
Por otra parte, "The soul of a man" no es, ni muchísimo menos, una película en el sentido estricto de la palabra. La narración es prácticamente inexistente, quitando algunas anécdotas poco jugosas. Tampoco es, pese a que algunos defiendan lo contrario, un documental. No intenta dar lecciones sobre la historia del blues, ni tampoco satisfacer a los puristas de esta magnífica música que se acerquen a las salas a buscar un poco de onanismo intelectual.
"The soul of a man" es... un experimento de Wim Wenders. Un motivo como cualquier otro para hacer algo de cine, crear unas imágenes, buscar una (exquisita) puesta en escena y reunir a varios grupos de talento para que toquen frente a la cámara. Dicho esto, el espectador que quiera someterse durante las casi dos horas de proyección, debe ser: a) un auténtico fanático del blues sin prejuicios o b) un auténtico amante de la obra de Wenders. Los demás acabarán, probablemente, cansados, irritados o decepcionados.
Por otra parte, "The soul of a man" tiene uno de los arranques más inteligentes de los últimos meses, y es una buena ocasión para ver a Beck o a Lou Reed (por poner a dos ejemplos rutilantes) en la gran pantalla. También está Nick Cave, que los fans de Wenders recordarán por su genial aparición en "El cielo sobre Berlín". Por lo demás, se echan de menos algunos nombres importantes dentro de la música americana contemporánea, como el siempre fundamental Tom Waits (y para los que ya empiecen a quejarse de que Waits no hace blues, les remito a "Chocolate Jesus" o "Picture in a Frame").
Es, por lo tanto, un producto relativamente recomendable, aunque tan alejado de un esquema narrativo coherente que su visionado se puede convertir, para muchos, en una auténtica tortura.

1 comentario:

Olvido A. dijo...

Estimado Aarón,
releyendo hoy tu divagación sobre "The soul of a man" he encontrado algún que otro punto de encuentro, llámalo mejor, acuerdos piadosos.
Cierto es que los fanáticos del blues, incluso los que sólo quieren "aprender" algo acerca de esta cultura, filosofía (sí, también música) no están ante el mal llamado "documental" adecuado.
Pero también es verdad que es un experimento más placentero que algunas intentonas "guays" que hemos padecido en este séptimo arte.
Pero, eso sí, y en eso soy irreductible, no todos los músicos son geniales y hace falta algo más que falta de escrúpulo para tragárselos (recuerdo especialmente la versión de una blueswoman afroamericana con cara de mala leche)
Aunque después de todo, sólo escribo este post porque ya iba siendo hora (te leo desde el anonimato y nunca dejo huella)
Muchas felicidades por este blog, aunque era obvio que iba a ser un éxito viniendo de alguien que entiende el cine como arte, el arte como literatura y también todo lo contrario.