Siempre con los terroristas de la imagen, haciendo ese Harlem Shake convulso y distanciado con el que se escribe la verdad. Y la verdad, al decir...
Es agobiante. En realidad, es algo muy agobiante. Estar rodeado de esta mediocridad de gente que consume siempre las mismas mierdas. En televisión, en las redes sociales, los libros, el cine, las mismas obras de teatro, todo está plagado de la misma mierda. Todo es una continua repetición. Es.. alguien dice algo que lo ha visto de otro sitio, y todo el mundo lo dice. Y esta mierda es lo que todo el mundo consume cada día. Y yo estoy cansado. Están ciegos. O sea, yo voy por ejemplo, no sé, voy por Plaza Cataluña, y la gente no les ve, y yo veo a los negros que están allí en los arbustos, los negros, los grupos de negros psicóticos que están ahí, agrediéndose entre ellos porque no pueden salir fuera, porque la gente no los ve, porque ellos salen con la botella rota y la gente los ignora. No hacen ni puto caso. ¿Y qué hacen estos negros? Pues al final acaban agrediéndose entre ellos porque necesitan expresarse. Y a mi esto me interesa.
Y en este párrafo está casi toda la síntesis de lo que yo pienso y lo que yo trabajo y lo que yo siento y lo que yo fabrico, así que ahí está el taladro/film, el consolador/film, la llave que abre las puertas y que se impone en la escritura. Habrá miles de personas en el Atlántida Film Fest que no entiendan Mi loco Erasmus porque nunca han creado nada, ni crearán nada, parirán hijos y escribirán tuits y se irán de viaje a la India a encontrarse a sí mismos o vomitarán por consecuencia de la quimio en casas de la periferia mientras en la televisión gente mucho más joven vende cosas, muchas cosas, y ya digo, no entenderán Mi loco Erasmus porque nunca han creado nada -parir hijos no es crear cosas, es crear personas que casi siempre salen mal, y la prueba definitiva es que hay muchos más seres humanos que obras interesantes. La gente normal que no "acaba agrediéndose porque necesita expresarse" no es sólo que me aburra, es que además me parecen los causantes de la crisis económica que me impide tener un coche más grande con un mejor equipo de música, la gente que impide que la pornografía que me interesa se distribuya porque todavía tienen reparos morales, la gente que sigue rindiendo extraños cultos milenarios a energías, destinos metafísicos, madres vírgenes, niños crucificados, trozos de meteorito, inmolaciones en vagones para pegar El Polvo Universal Con 7 Vírgenes -hay más tipas en un número de Private que en el Paraíso-, la cura por la palabra, el nombre-del-padre, la buena voluntad y la madre que los parió a todos.
Yo, lo he dicho muchas veces, estoy con los terroristas. Con el Proyecto Mayhem.
(Aquí la proyección de Mi Loco Erasmus se mezcla con unos frames de L´age Atomique, que he visto también en el Atlántida, y me acuerdo de los años en los que me reunía con los "jóvenes políticos" que venían: ultraizquierda durante 2002 y 2003, neoliberales y ultracatólicos como reacción durante 2004, y sentir ante ellos una extrema vergüenza ajena, la impresión de que eran profundamente gilipollas, los más tontos de la clase, los que querían meterse coca y tirarse a una perroflauta (ultraizquierda) o pillar un puesto en el Ayuntamiento y tirarse a una pija (neoliberales) o pillar un puesto en el Ayuntamiento y casarse con una pija (ultracatólicos), y sentir asco ante ellos, ante su falta de ambiciones reales, la celebración de su mierda ideológica, luego estallaron los trenes en Atocha y las cosas podían cambiar pero no cambiaron, y luego ya sentí cierta simpatía por UPD y después llegó Toni Cantó y me jodió del todo, en fin, que no hay salida alguna ni para el cambio político ni para el cambio cultural, y la visión que Didac Alcaraz imposta sobre Barcelona es mi visión particular de la existencia en tamaño XXL, y la visión de Heléne Klotz es un puto coñazo mentiroso sobre una revolución de clases que, a ver si os lo metéis de una puta vez en la cabeza, no va a llegar).
¿Y sabéis por qué la revolución de clases no va a llegar?
Porque todavía quedan Becas Erasmus y porque hoy sólo se puede "agredirse para expresarse", como bien señala el bendito posthumor de Miguel Noguera, la clave, la desesperanza, este Adviento interminable sin redención posible, y créeme, he buscado la redención en la creación, en la religión, en la ideología, y al final, lo único que queda es la sensación de angustia, la náusea, el fracaso -en el paréntesis, una carcajada-, la escritura automática, el fracaso de nuevo, y una película maravillosa llamada Mi loco Erasmus que no entenderá casi nadie.
Quizá la mejor película española rodada desde After.
Quizá la película que era necesaria ahora, aquí, entre nuestros cuerpos, entre nuestra desesperanza, en nuestra desquiciada desesperanza, una nana para los niños no deseados de Dios. Nuestra película generacional, nuestro pequeño Evangelio, nuestra crucifixión doméstica y artística. El vulgo, ya se sabe, siempre es más feliz después de la inmolación, la catársis, el asesinato, el desgarro, la liposucción, la herida, la negación de la verdad y del arte.
Para todo lo demás, Do the Harlem Shake.
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