De ese cine un tanto canalla, un tanto extravagante, a todas luces cruel e insuficiente que se hacía en esa España post-transición y que nos contaba las historias de las barriadas. "Yo, el Vaquilla", por ejemplo. "Perros callejeros", por poner otro ejemplo. Las posterior (e impactante) "Deprisa, Deprisa" de mi admirado Carlos Saura. De aquel cine "quinqui", con perdedor incluído, con moralina de barriada, con lodo, con sangre, con sexo, con droga. Un cine políticamente incorrecto en el que los niños fumaban, sonaba flamenqueo/calorreo en los bugattis de la época y las heroínas siempre eran salvajes y hermosas. Luego estaba la otra heroína, la que cerraba y daba cuerpo a la tragedia. "Libre, libre quiero ser..."
Recuerdo aquel cine, y le respeto porque no tenía pretensiones artísticas, si acaso, esa denuncia social que años más tarde León de Aranoa y compañía se tomaron demasiado en serio y erigieron como portadores de la bandera "Salvemos el mundo". Aquel cine tenía la denuncia social agridulce del anti-héroe, y sobre todo, tenía el sabor romántico del Truffaut que más nos ha gustado siempre. El de "Los 400 golpes", por supuesto. El Truffaut salvaje, cabrón, dolido, implacable. Luego llegó el Truffaut lila e insufrible de "Jules y Jim", por ejemplo. También tuvimos un Godard salvaje, cabrón y dolido ("Al final de la escapada") que se convirtió en un Godard intelectual, plomo, insufrible.
"7 Vírgenes" recupera el estilo canalla de aquel tiempo, lo moderniza, lo dota de sentido. Dentro de poco llegará a nuestras pantallas "Volando voy", que tiene pinta de ser otro pestiño insufrible a medio camino entre "El pico" y "Cuéntame". Actúa el portero de "Aquí no hay quien viva" intentando hacer un papel serio. Va a ser una catástrofe. Pero "7 vírgenes" es una película valiente, brillante, llena de ritmo, llena de sol, compuesta por personajes un tanto estereotipados pero efectivos, personajes de la barriada cinematográfica (que nunca será la barriada real, por supuesto).
El director ha sabido combinar con sabiduría todos los elementos del relato. La angustia, la diversión, la sátira, el esperpento. Ha contado algo nuevo utilizando una fórmula tan antigua como el hombre mismo, ha dado brillo a las historias de quinquis, llegando mucho más allá (o mucho más acá, si se prefiere) que la interesante pero quebradiza "Barrio". Nos lo creemos, aunque Juan José Ballesta no sea, ni de lejos, un actor decente. Nos lo creemos, aunque las escenas de sexo chirríen como una bisagra mal oxidada. Nos lo creemos casi todo, y la película funciona hasta el punto de ser esa deliciosa minoría de cintas españolas frente a las que apetece quitarse el sombrero y gritar: "¡Bravo!". No tenemos a Los Chichos (está la Cabra Mecánica cuando todavía era la Cabra Mecánica, reducida a su espejismo puro), pero tenemos coches tuneados y una descripción tan perfecta de la maldad infantil (el niño de la ceja partida) que casi sorprende que nos explote en mitad de una pantalla.
"7 vírgenes". Los golpes que daría Truffaut si estuviera vivo, fuera español, y tuviera locura en las venas.
3 comentarios:
Gran blog, es muy interesante que den a conocer otro cine que no sea el tradicional, hay muchas buenas películas dando vueltas por ahí que son bastante desconocidas. Actualízalo, sería bueno
Estoy cntigo en q es una gran pelicula. Pero a mi me pareces un pijo, que tiene envidia de Juan José Ballesta. Pero, en fin... solo es mi opinión
Por fin!
Poco a poco se va consiguiendo que lo tan esperado por algunos: reconocimiento en el cine español, y es que no todo es "la epoca del destape".
En fin si queréis saber más visitar mi blog: www.mundodecine.blogspot.com
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