25.7.14

Dos planos de "Partie de Campagne" (Renoir, 1936)

Como dijo Platón en Blackhawk derribado:
"Sólo los muertos verán el final de la guerra"
(Perú Saiz Prez; Hotel Trip Carnival)

Plano 01.

    El primer plano lo conoce todo el mundo. Forma parte de esa topografía de la emoción que se lega silenciosamente de una generación cinéfila a otra sin que puedan empañarla modas, tics ideológicos, postureos ni proyectos frustrados.

Renoir

Renoir

Renoir

    El plano se impone por su inagotable capa de significantes. La cámara que rompe la construcción pictórica y realiza una radiografía precisa del goce de la mujer, y a su vez, una mujer -Sylvia Bataille- cuyos dos maridos (Georges Bataille y Jacques Lacan) habían realizado la mejor exploración filosófica sobre el goce de todo el siglo XX. De ese cuerpo que cristaliza en la pantalla sabemos que sustentó el sueño de dos titanes, pero mucho más allá, que lo atravesó para prender fuego a la pequeña historia (individual) del cine de millones de espectadores por la simple manera en la que miraba desde el columpio. Ella sustenta la posibilidad del mundo perdido, es esa pantalla que refleja los sueños eróticos que no pasan por el infierno, que esquivan la posibilidad misma de la muerte.

     Jean Renoir tiene una historia todavía por escribir: la que convierte toda su obra (o al menos, la que a mí me interesa, esto es, La regla del juego y Esta tierra es mía) como un brutal aullido contra la muerte. Hay que tener mucho valor para llegar a ese punto de comprensión fílmica de la belleza -el rostro de Sylvia atravesada por unas nubes, un movimiento de cámara, apenas diez segundos que nos han atravesado porque son, como dijo el poeta contemporáneo en esos versos que me obsesionan

It’s just a reflection of a reflection
Of a reflection of a reflection
Will I see you on the other side?

[Jean Renoir rodó sus mejores películas pensando que la belleza podía más que la presencia de ese other side. Me recuerdo a mí mismo que tengo pendiente un post a propósito del Orfeo Negro de Camus -el reflejo del reflejo del reflejo de Renoir- que no termino de cerrar]

Plano 02.
    El segundo plano también es un reflejo del primero. De hecho, es casi su inversión directa.

Renoir

    Han pasado los años, como pasan siempre. Lacan agonizando en los prostíbulos de París y susurrándole a las meretrices de los tardosesenta If this is heaven, I need something more. El plano rodado en el 36 adelanta la mirada de la mujer cuando desciende del columpio y es obligada a recordar el espacio en el que construyó su felicidad. Eurídice enfurecida contra sí misma, contra su amor y contra su decepción constante, Eurídice/Sylvia retratada tras esa mancha negra que es el hombre imposible con el gesto dulcemente torcido de la decepción que no cesa. Cada vez que veo a una mujer mirar al infinito al trasluz de sus estados de facebook o de su ropa interior, recuerdo lo que dijo Platón en Black Hawk Derribado: Sólo los muertos han visto el final de la guerra.

03. Intersección.

Renoir

¿Por qué no habría de ser nuestro semejante, con toda validez, un objeto? Aún diría más: Dios quisiera que lo fuese (Lacan, Seminario 4)

Renoir

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